"Eternamente retorna él, el hombre del que tú estás cansado, el hombre pequeño» - así bostezaba mi tristeza y arrastraba el pie y no podía adormecerse.
En una oquedad se transformó para mí la tierra de los hombres, su pecho se hundió, todo lo vivo convirtióse para mí en putrefacción humana y en huesos y en caduco pasado.
Mi suspirar estaba sentado sobre todos los sepulcros de los hombres y no podía ponerse de pie; mi suspirar y mi preguntar lanzaban presagios siniestros y estrangulaban y roían y se lamentaban día y noche:
- «¡Ay, el hombre retorna eternamente! ¡El hombre pequeño retorna eternamente!»
- Desnudos había visto yo en otro tiempo a ambos, al hombre más grande y al hombre más pequeño: demasiado semejantes entre sí,
- ¡demasiado humano incluso el más grande! ¡Demasiado pequeño el más grande!
- ¡Éste era mi hastío del hombre! ¡Y el eterno retorno también del más pequeño!
- ¡Éste era mi hastío de toda existencia! Ay, ¡náusea! ¡náusea! ¡náusea!
Pues tus animales saben bien, oh Zaratustra, quién eres tú y quién tienes que llegar a ser: tú eres el maestro del eterno retorno-, ¡ése es tu destino!
El que tengas que ser el primero en enseñar esta doctrina, - ¡cómo no iba a ser ese gran destino también tu máximo peligro y tu máxima enfermedad!
Mira, nosotros sabemos lo que tú enseñas: que todas las cosas retornan eternamente, y nosotros mismos con ellas, y que nosotros hemos existido ya infinitas veces, y todas las cosas con nosotros.
Tú enseñas que hay un gran año del devenir, un monstruo de gran año: una y otra vez tiene éste que darse la vuelta, lo mismo que un reloj de arena, para volver a transcurrir y a vaciarse:
- de modo que todos estos años son idénticos a sí mismos, en lo más grande y también en lo más pequeño,
- de modo que nosotros mismos somos idénticos a nosotros mismos en cada gran año, en lo más grande y también en lo más pequeño.
Las almas son tan mortales como los cuerpos. Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, - ¡él me creará de nuevo! Yo mismo formo parte de las causas del eterno retorno.
Vendré otra vez, con este sol, con esta tierra, con este águila, con esta serpiente - no a una vida nueva o a una vida mejor o a una vida semejante: - vendré eternamente de nuevo a esta misma e idéntica vida, en lo más grande y también en lo más pequeño, para enseñar de nuevo el eterno retorno de todas las cosas, - para decir de nuevo la palabra del gran mediodía de la tierra y de los hombres, para volver a anunciar el superhombre a los hombres".
"Así habló Zaratustra". Friedrich Nietzsche
No hay comentarios:
Publicar un comentario