sábado, 14 de diciembre de 2024

La trágica historia de Matías Montero


 

1) Un Madrid violento

Es un recurso permanentemente el achacar a F.E. y de las J.O.N.S. y a su Jefe Nacional, José Antonio Primo de Rivera, una apología constante al uso de la violencia. Sin embargo, fueron también los falangistas, especialmente en la convulsa Madrid de la época republicana, víctimas de la violencia callejera en los años de 1933-1936.

Fue un turbulento periodo en que las calles madrileñas se tiñeron de sangre, y los tiroteos y enfrentamientos violentos, muchas con saldo de muerte, entre falangistas y socialistas, especialmente, fueron el casi día a día del periodo.

Para finales del año 1933 e inicios de 1934 el ambiente en el Madrid republicano se iba caldeando. Las derechas habían ganado recientemente las elecciones generales y la amenaza del partido conservador C.E.D.A. hacía que socialistas, comunistas y anarquistas estuvieran vigilantes.

Por si ello fuera poco, en noviembre de 1933, José Antonio Primo de Rivera había fundado y registrado formalmente el movimiento Falange Española (F.E.), al que se unían  a finales de mes su rama estudiantil, el Sindicato Español Universitario (S.E.U.) así como las ya existentes J.O.N.S. de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo, que las izquierdas tachaban de fascistas.

El día 7 de diciembre de 1933, Falange sacaba a la calle su primer periódico, F.E. que era vendido a voces por las calles por los simpatizantes y militantes falangistas, respondidos con la violencia y el boicot de las izquierdas que anunciaban un pronto y trágico desenlace.

Narra el ambiente de tensión el propio periódico oficial de falange, el Semanario F.E., en su edición número 2 del jueves 11 de enero de 1934;

“Nuestros muchachos de la Falange están en la calle disciplinadamente desde primera hora para proteger la venta de F.E. Los socialistas también han prohibido que el periódico se venda. Ellos y los comunistas han anunciado que impedirán la venta airadamente. No llegará la sangre al río. Pero, previsores, los mozos que participan en el espíritu de nuestra Falange están en la calle desde temprano.

En la Puerta del Sol unos grupos de jóvenes comunistas, preparados desde mucho antes, se lanzaron sobre algunos voceadores. Los muchachos de F.E. intervinieron de modo severo y resuelto”.

Precisamente, el eufemismo sobre los incidentes de la Puerta del Sol en lo referido al modo “severo y resuelto” son descritos en detalle por el falangista Felipe Ximénez de Sandoval en su “Biografía de José Antonio Primo de Rivera”;

“El tercer número de F.E.  es vendido en plena acera roja de la Puerta del Sol, llena de comunistas, de chulos, de vagos y de limpiabotas, que más tarde serían tenientes y capitanes. Hacían falta voces más potentes para sobresalir en el barullo sordo de las conversaciones gritadas y las suelas arrastradas. José Antonio sintió un arrebato al ver a sus ardorosos falangistas tocados de timidez. Avanzó a uno de ellos y le arrancó de las manos el paquete de periódicos diciendo; vas a ver cómo se vocea F.E.

Y él mismo empezó a gritarlo. Sus acompañantes le imitaron. Los chiquillos, deslumbrados por el gesto del Jefe, se enardecieron. Alguno lloraba de vergüenza. Empezó el chillerío espantoso. La falta de réplica verbal hizo pensar a éstos que los señoritos tenían miedo. Y uno de ellos, tirando de faca matona, avanzó  hacia José Antonio. Pero Andrés de la Cuerda, que estaba junto a él, lo advirtió y lo evitó con un puñetazo. Las mismas escenas tenían lugar en las calles y plazas de Sevilla, Cáceres, Toledo, Badajoz”.

Quedaba claro, pues, que las luchas que se iban a dar en las calles entre los propagandistas de Falange y los socialistas, comunistas y anarquistas iba a ser, tarde o temprano, contundente. A vida o muerte. No había espacio para el debate y el diálogo.


2) ¿Quién fue Matías Montero?

En ese ambiente de tensión, pues, lo lógico era que se produjera más pronto que tarde un crimen que conmocionara a la opinión pública madrileña. Y ese, precisamente, lo iba a protagonizar nuestro joven.

Según afirma en su biografía escrita para el Diccionario Biográfico de la R.A.H. el investigador y escritor Miguel Argaya Roca, Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, nace en Madrid el 28 de junio de 1913. Montero era huérfano de padres y vivía con sus tías en el madrileño y castizo barrio de Argüelles, precisamente allí donde iba a morir. A escasos metros de su propia casa.

Posteriormente, según cuenta el investigador y escritor José Luis Jerez Riesco en su libro “El Madrid de la Falange”, Montero estudia en el Colegio de los Sagrados Corazones de la calle Martín de los Heros de Madrid.

Sin embargo y, a diferencia de lo que han afirmado otros escritores, que presentan a un Montero anónimo y casi analfabeto político en el momento de su muerte, Miguel Argaya Roca afirma lo contrario, y es que, siendo como era en el momento de su muerte estudiante de Medicina, inicia allí sus contactos con la militancia política y estudiantil de la que, ya en 1934, era un notorio activista;

“Sus primeras querencias políticas fueron cercanas al comunismo y a la Federación Universitaria Escolar-FUE, pero pronto dio el salto hacia el españolismo radical”.

Dicha afirmación es puesta en duda por el investigador en el movimiento falangista, Juan Manuel Cepeda en el programa “Historia desconocida de la Falange”, afirmando que su militancia político-estudiantil en la F.U.E. (sindicato estudiantil universitario de tendencia izquierdista), se debía a que era el único y mayoritario sindicato estudiantil en la universidad.

Prosigue Argaya Roca afirmando que;

“El 9 de febrero de 1931, contando solo diecisiete años, se adhirió por carta al manifiesto de La Conquista del Estado de Ramiro Ledesma, dándose de baja en el acto como fueísta. Dos años más tarde, se afilió a la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, donde destacó pronto como uno de los militantes más activos. Fue el encargado de redactar, junto con Manuel Valdés y Alejandro Allánegui, los estatutos del S.E.U., adscrito a la Falange”.

Igualmente se posiciona el historiador Arnaud Imatz en su biografía “José Antonio; entre odio y amor”, donde afirma que;

“Con ocasión de una comida celebrada a la salida del acto del Teatro de la Comedia, se decide la creación de una asociación de estudiantes falangistas. Durante todo el mes de noviembre, se encarga de esta misión Julio Ruiz de Alda, ayudado por Matías Montero, Manuel Valdés, Alejandro Allanegui y David Jato”.

Diferente versión ofrece el mencionado activista falangista David Jato en su mítica obra “La rebelión de los estudiantes”, donde afirma que, si bien Montero ya se acerca en 1931 al activismo político de la mano de Ramiro Ledesma, La Conquista del Estado y sus J.O.N.S., fue Manolo Valdés quien en noviembre de 1933 presenta los estatutos del S.E.U. Según Jato;

“El S.E.U. dio sus primeros pasos bajo el mando de un triunvirato, del que era máxima autoridad Manolo Valdés, le acompañaban Fanjul y Zaragoza y, como secretario, Gordehuela, de la Facultad de Farmacia. La centuria más activa, de Medicina, la mandaba Agustín Aznar. La centuria que obedecía a José María Fanjul estaba formada por dos falanges, una de ciencias y otra de derecho, y dos escuadras, que pronto se convirtieron en falanges, de filosofía y farmacia, con Alejandro Salazar y Rodríguez Jiménez al frente. Los demás estudiantes, se integraban en la centuria de Luis Aguilar”.


3) El crimen y los relatos de la prensa madrileña

Llegamos, pues, al día de los trágicos sucesos que conmocionaron, no solo a la Universidad de Madrid, a la Falange o al S.E.U. si no a toda la opinión pública madrileña por la extrema gravedad de los hechos. El asesinato de Montero es sucesivamente narrado por toda la prensa madrileña, de todo el arco ideológico del momento.

El más destacado es “La Nación”. El periódico conservador, en su edición del viernes 9 dе febrero de 1934, y con el titular de “la gran vergüenza de España”, informaba;

“Esta tarde, a las tres aproximadamente, en la calle de Mendizábal, esquina a Marqués de Urquijo, dos individuos, cobarde y alevosamente, hicieron fuego por la espalda contra un joven, que pocos instantes después fallecía. La víctima del atentado marchaba solo por la calle de Mendizábal, en dirección a la de Urquijo, donde vivía en compañía de unos tíos suyos.

El inspector de la Comisaría de Palacio, Sr. Arenillas, y un joven, que presenciaron la agresión, persiguieron a los autores, logrando detener a uno de ellos. La víctima de este cobarde atentado se llamaba Matías Montero Rodríguez, tenía veinte años de edad y era natural de Trujillo. Estudiaba el sexto año de Medicina. Trasladada la víctima de este repugnante suceso a la Casa de Socorro, ingresó ya cadáver en el benéfico establecimiento.

Tenía cinco heridas de arma de fuego, todas en la espalda. El agresor detenido se llama Francisco Tello Tortajada. Tiene treinta y cinco años de edad, es natural de Consuelda (Zaragoza), y de oficio tallista. Vive en Espronceda, 4. Estaba en libertad provisional por haber sido anteriormente detenido, según parece, por tenencia ilícita de armas.

Era empleado en los Comedores de Asistencia Social. Se le ocupó una pistola marca «César», calibre 9 corto, con cuatro cápsulas disparadas. Niega ser el autor del hecho que se le imputa y culpa de él al otro supuesto agresor fugitivo”.

Según nos informan, entre los estudiantes compañeros de D. Matías Montero Rodríguez, cobardemente asesinado hoy en la calle de Mendizábal, se comentaba el que el finado les había enseñado hace unos días una carta en la que, juntamente con otro compañero, se le amenazaba de muerte, y en dicha carta figuraba un sello con el nombre de la F. U. E.”

Por su parte, el diario conservador y ultra-tradicionalista “El Siglo Futuro”, en su edición del viernes 9 de febrero de 1934, escribe;

“Esta tarde, a las dos y media, cuando se retiraba a su domicilio, calle del Marqués de Urquijo, número 21, donde vive con su familia, el joven estudiante de Medicina Matías Montero Rodríguez, de veinte años, que había vendido días pasados el periódico «Falange Española» dos individuos, apostados en la esquina de la calle de Mendizábal, le hicieron, cuando pasaba por ella, cinco disparos por la espalda. Los agresores eran también jóvenes de su misma edad, y una vez cometido el cobarde atentado, huyeron”.

La prensa liberal y progresista se expresaba en un tono menos duro, como es lógico. Es el caso del “Heraldo de Madrid”, en su edición del viernes 9 de febrero;

“Esta mañana, con motivo de la venta del semanario fascista «F. E.» por estudiantes de distintas Facultades, se han registrado incidentes en diversas barriadas. El alumno de sexto año de Medicina Matías Montero Rodríguez, de veinte años, que vivía en la calle del  Marqués de Urquijo, 21, en unión de varios compañeros, estuvo durante la mañana vendiendo el indicado semanario.

A las tres de la tarde, y acompañado de un grupo de jóvenes, se dirigía a su domicilio. Al llegar a la calle de Quintana se despidió de sus acompañantes y marchó a la de Mendizábal. En las proximidades de su domicilio dos individuos que, al parecer, le iban siguiendo, uno alto y otro bajo, sacaron pistolas y le hicieron un disparo por la espalda. Matías cayó al suelo de cúbito prono y entonces el más alto de los agresores hizo sobre él otros cuatro disparos. Acto seguido se dieron a la fuga”.

A su vez, el diario “La Voz” del viernes 9 de febrero de 1934 relata;

“Esta mañana, varios jóvenes pertenecientes a la agrupación fascista denominada Falange Española se dedicaron por las calles de Madrid a vender el periódico denominado «F. E.». A mediodía, y una vez que terminaron su misión, se fueron retirando a sus respectivos domicilios. Varios de estos muchachos se encaminaron hacia el barrio de Argüelles  por la calle de Quintana, y continuaron por la de Mendizábal. Al entrar en ésta, del grupo se destacó Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, de diecinueve años, estudiante de Medicina de quinto año, y que vivía en la calle del Marqués de Urquijo, número 21, en unión de otro hermano y dos hermanas.

Con él iba un compañero.  A poco de separarse estos dos muchachos de los restantes, cuando iban a dar la vuelta a la esquina de Marqués de Urquijo, dos individuos, que sin duda les iban siguiendo por haberlos visto vender el citado semanario, los agredieron a tiros”.

Por último, cabe destacar la información de la prensa obrera. Solamente hemos encontrado mención al suceso en el portavoz socialista, “El Socialista” del sábado 10 de febrero de 1934;

“Ayer por la mañana salió a la venta el periódico «F. E.», que, como es costumbre, fue  vendido por jóvenes señoritos, que en actitud insolente y provocativa se dedicaron a vocearlo por las calles de Madrid. Esta actitud dio lugar a que se produjeran varios incidentes y altercados con el elemento obrero.

Los señoritos fascistas, iban distribuidos estratégicamente, en plan de ataque, y hacían cínico alarde de ir bien pertrechados de porras y pistolas, sin que ni por una sola vez la policía se decidiera a poner coto a estos desmanes. El elemento obrero no tarde en darse cuenta de las provocaciones de los unos y de las pasividades da los otros, y esto produjo la indignación que es de suponer.

En este estado de cosas, a las dos de la tarde, los señoritos fascistas dieron por terminada su faena. Uno de dichos vendedores, Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, de veinte años, estudiante de Medicina y domiciliado en la calle del Marqués de Urquijo, se dirigió, con otros dos fascistas, hacia la calle de Quintana. Grupos de trabajadores los seguían a cierta distancia. Cuando Matías iba por la calle del Marqués de Urquijo se le aproximaron dos individuos que, después de una breve colisión, le hicieron varios disparos.

Se produjo gran confusión, y el joven Matías fue conducido a la Casa de Socorro del distrito de Palacio, donde ingresó ya cadáver. Un inspector de policía que Ilegó al lugar del suceso a poco de ocurrir éste, practicó la detención del compañero Francisco Tello Tortajada, de treinta y cinco años, casado, empleado en los Comedores de asistencia social y domiciliado en Espronceda, número 1. Se le ocupó una pistola. Está afiliado a las Juventudes Socialistas”.



El crimen, como se puede ver por la prensa de la época, conmocionó al Madrid de 1934, ya agitado y víctima de la violencia política.  Un día después de su asesinato, en la mañana del 10 de febrero de 1934, el cadáver de Matías Montero era trasladado por sus compañeros al cementerio de la Sacramental de Santa María, en el sur de la capital, donde recibiría eterna sepultura, hasta el día de hoy. Así escribía la crónica del suceso el periódico oficial de su formación, “F.E.”, en su número 7 del jueves 22 de febrero de 1934;

“El día 9 de febrero lo mataron a traición por la espalda. El día 10, fue su entierro. Los hermanos suyos en esta hermandad de la Falange rendimos honores al paso de su féretro, con los brazos en alto. Se unieron a nosotros en el dolor con su presencia en el entierro el conde de Rodezno don Antonio Goicoechea y una representación de la Juventud de Acción Popular. A todos, nuestra más cordial gratitud”.

Durante el entierro de Montero, y al pie de su tumba, el jefe nacional de Falange, José Antonio Primo de Rivera pronunciaría unas palabras que se harían célebres en la posteridad;

“Aquí tenemos ya en tierra a uno de nuestros mejores camaradas. Nos da la lección magnífica de su silencio. Otros, cómodamente, nos aconsejarán desde sus casas ser más animosos, más combativos.  Más duros en las represalias. Es muy fácil aconsejar.

Pero Matías Montero no aconsejó ni habló.  Se limitó a salir a la calle a cumplir con su deber. Aun sabiendo que probablemente en la calle le aguardaba la muerte. Lo sabía porque se lo tenían anunciado.

¡Hermano y Camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo¡ Gracias por tu ejemplo. Que Dios te de su eterno descanso, y a nosotros nos niegue el descanso hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte”.



Fuentes;

-F. E. Reproducción facsímil del Semanario de la Falange (1933-1943). Del nª 1 al nº 15. Editora Nacional, Madrid.

-Felipe Ximénez de Sandoval. “Biografía apasionada de José Antonio”.

-Miguel Argaya Roca. “Matías Montero y Rodríguez de Trujillo”. Diccionario Biográfico de la R.A.H..

-José Luis Jerez Riesco . “El Madrid de la Falange”,

-Juan Manuel Cepeda . “Historia desconocida de la Falange”. SND Editores Radio.

-Arnaud Imatz. “José Antonio; entre odio y amor”.

-David Jato. “La rebelión de los estudiantes”.

-Hemeroteca Digital B.N.E.

-Hemeroteca El Socialista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario