lunes, 11 de abril de 2011

Apuntes de la conquista y colonización de América






El 12 de octubre de 1492 los navíos españoles capitaneados por Cristóbal Colón, Juan de La Cosa (navegante cántabro) y los hermanos Vicente Yáñez y Martín Alonso Pinzón (representantes de la alta burguesía andaluza), llegaron a las caribeñas costas de Guanhaní, dato no muy preciso, ya que también se baraja la posibilidad de que desembarcasen más al sur, en las costas de Cayo Samaná. En este aspecto cabe resaltar al propio Cristóbal Colón, quien inició el primer gobierno extranjero en América.

Su gobierno en las islas caribeñas (puesto que aún no se había explorado el continente americano) se prolongó desde 1492-1500. De ello destacan las enormes atribuciones que se le conceden en las capitulaciones de Santa Fe del 17 de abril de 1492, donde obtiene poderes:


Otro si, que vuestras altezas hacen al dicho Cristóbal Colon su visorrey y gobernador general en las dichas islas y tierras firmes que él descubriere. Que de todas las mercaderías, Don Cristóbal lleve para sí la décima parte de todo ello. Que en las dichas islas y tierras firmes naciera pleito alguno, él o su teniente, pero ningún otro juez, conozca el pleito y lo provean desde ahora. Por cuanto vos, Cristóbal Colon, vades por nuestro mandado a descubrir y ganar islas y tierra firme, desde que lo hayáis descubierto, vos intituléis Almirante, virrey y gobernador de ellas, etcétera.”  1


De esta manera Colón inicia su gobierno en América. Pero la situación económica se volvía insostenible; el oro y la plata fueron agotándose, y Colon vio la necesidad de buscar otro recurso; el tráfico de esclavos indígenas, de forma que en poco tiempo cantidades ingentes de indígenas pasaron a la península para ser comerciados y esclavizados en los territorios de la corona.


Ello, como es lógico, supuso una dura reacción de resistencia y rechazo por parte de la población indígena que, a mediados de 1493, se subleva y extermina la primera colonia europea en América, el llamado “Fuerte Navidad”. Tras esta situación, la reina Isabel de Castilla decidió suspender el tráfico de esclavos y poner fin a la esclavitud por intereses económicos, específicamente para limitar el poder absoluto de Colón en favor del de la corona castellano-aragonesa.




Sin embargo, esta idea de Colón no desapareció con su expulsión en 1500 sino que pasó a sus sucesores políticos en el gobierno posterior del gobernador Francisco de Bobadilla (1500-1502) y del clérigo Fray Nicolás de Ovando (1502-1509), que organizó administrativa, económica y políticamente los enclaves caribeños e inició un sistema de trabajo de la población indígena usada como mano de obra esclava por todas las islas.




Además, los conquistadores reinstauran del sistema de la encomienda, que tantos conflictos producirá. Este sistema consistía en que la corona asignaba o “encomendaba” a los conquistadores castellanos, una serie de indígenas para usarlos como mano de obra esclava. Además en ese periodo el conquistador se veía obligado a trasmitirles la cultura cristiana occidental, así como enseñarles la lengua castellana.


También se usaron otros sistemas de control de la población indígena, como; el repartimiento (con trabajo forzado por turnos, donde se reclutaba a la fuerza a los indígenas en los pueblos o aldeas, y del que estaban exentos los caciques y altas familias nobiliarias indígenas), el yanaconaje (indígena aparcero, en situación de semi-esclavitud, pues legalmente no se reconocía como tal) y fundamentalmente la mano de obra esclava negra importada desde África, la solución alternativa frente a la población indígena americana.





Así, con el paso del tiempo, se inició y formó una sociedad basada en el llamado concepto de la “pigmentocracia”, que tan adecuadamente describió el explorador Alexander von Humboldt en el siglo XVIII cuando dice que:


En España es una especie de título de nobleza el no descender ni de judíos ni de moros;  en América la piel, más o menos blanca, decide del rango que ocupa el hombre en la sociedad. Un blanco, aunque monte descalzo a caballo, se imagina ser de la nobleza del país. 

El color constituye hasta cierta igualdad entre unos hombres, que allí, como en todas partes donde la civilización está poco adelantada, o que retrocede, se complacen en apurar las más pequeñas prerrogativas de raza y origen. 

Hay pues un grande interés de vanidad y aprecio publico en valuar exactamente las fracciones de sangre europea que han cabido a cada cual de las diversas castas".  2.



Por su parte, los indígenas, aunque desde la proclamación de las Leyes de Burgos (1512), las Leyes Nuevas (1542) y sobretodo la Junta de Valladolid (1550), habían dejado de ser legalmente esclavos, pagaban tributos excesivos por el mero hecho de ser indígenas (mita, coatequitl), socialmente estaban aislados inicialmente del resto de la población en lo que entonces se llaman “reducciones” (iniciadas por el Virrey Toledo, similar a las reservas norteamericanas, aunque luego se reducen en número).


La situación de los esclavos negros era diferente, pues ellos sí eran considerados legalmente esclavos, deportados desde África, llegaban a América para hacer los trabajos más duros que la población nativa no podía hacer, sobre todo después de la caída demográfica de la población nativa india.


Todo este proceso condujo a un impacto demográfico de la población nativa americana, y muy pronto estudios realizados en el siglo XX desvelan diferentes teorías e hipótesis acerca de la caída demográfica americana. Las cifras son muy heterogéneas entre sí, pero todos esos estudios coinciden en una durísima y extrema pérdida demográfica por efecto de la conquista.


-Rivet y Sapper creen que la población indígena prehispánica rondaba en torno a los 40 ó 50 millones de habitantes;


-Kroeber lo cifra en muchísimo menos, con 8 millones;


-Rosemblat en algo más de 13 millones de personas que habitaban el continente americano.


-Dobyns, quien afirmó que sólo en México habían unos 30 millones de habitantes (muy excesivo) y, por tanto, subía la tasa para todo el continente en unos 90 ó 112 millones de personas.


- Cook, Borah o Simpson, que calculaban 25 millones solamente para México central. 3




De esta manera, solamente en el periodo de la conquista (1500-1524) cayó un 1/3 de la población indígena y cada cuarto de siglo la mitad del resto de la población. Entre las diferentes teorías acerca de la reducción demográfica destacan muchas. Sin duda alguna, la más conocida de todas ellas es la llamada "tesis homicida" pronunciada por el célebre clérigo Fray Bartolomé de las Casas en su insigne libro “Brevísima relación de la destrucción de las indias”, escrito en 1547, el cual considera como causa principal de la caída demográfica las torturas, asesinatos, trabajos forzados, y carencias que sufrieron los indígenas desde la llegada de los occidentales.


En su libro, se pueden encontrar testimonios como éstos, presenciados por él mismo:


“A todos los señores que eran más de ciento y que tenían atados, mandó el capitán quemar vivos en palos hincados en tierra.”

“Fue el y estando embebidos y seguros en sus bailes, dice Santiago y a ellos, y comienzan con las espadas desnudas a abrir aquellos cuerpos desnudos, a derramar aquella generosa sangre, que a uno no dejaron con vida.”

“Hicieron ley los españoles, que todos cuantos indios de todo género y edad tomasen a vida, echasen dentro en los hoyos y así las mujeres preñadas y niños y viejos a cuantos pudieron tomar, echaban en los hoyos hasta que los henchían traspasados por las estacas.”

“Y así había en su real, solemnísima carnicería de carne humana, donde en su presencia se mataban los niños y se asaban y mataban el hombre, por solas las manos y los pies, que tenían por los mejores bocados.”

“Pónenlo en un cepo por los pies y el cuerpo extendido y atados por la manos a un madero, puesto un brasero junto a los pies y un muchacho con un hisopillo mojado en aceite, de cuando en cuando se los rociaba para tostarle bien, de una parte estaba un hombre cruel, que con una ballesta armada, apuntándole al corazón, de otra y de otra con un muy terrible perro bravo echándoselo que en un credo lo despedazara, y así lo torturaron para que descubriese los tesoros que pretendían.”

“Una india enferma, viendo que no podía huir de los perros que no la hiciesen pedazos, como hacían con otros, tomó una soga y atose al pie un niño que tenia de un año y ahorcase de una viga, y no lo hizo rápido, en tanto que llegaron los perros y despedazaron el niño.”

“No obstante, todo esto, lo condenaron a quemarlo vivo, aunque después rogaron algunos al capitán que lo ahorcasen, y ahorcado, lo quemaron.” 4





Ello engendró una enorme polémica en el seno de la corte castellana con aquellos que defendían la esclavitud y los contrarios, polémica que se cerró a favor de Las Casas a finales del siglo XVI, tras la publicación de su libro, y que provocó incluso la supresión, por orden real, de las expediciones de conquista durante un tiempo.

Como último ejemplo de esta teoría es la campaña de Hernán Cortés en el imperio azteca que ocurrió entre los años 1519–1521.




Tras los primeros contactos y exploraciones, Hernán Cortés es rápidamente invitado por Moctezuma, soberano azteca, a la más grandiosa de todas las ciudades americanas, y capital del imperio, Tenochtitlan, en 1519. Las maravillas de la ciudad, fueron cantadas incluso por los propios europeos, que no dudaban en compararla con las más bellas y espectaculares ciudades renacentistas, como Florencia o Venecia.

Estaba sita en medio del lago Texcoco, y comunicado a tierra firme por amplios canales artificiales de tierra. En el centro, y apoyada sobre pilotes de madera hincados en el fondo del lago, se alzaba espectacularmente la ciudad de los Mexica, con amplios y bellos templos religiosos, grandes avenidas, palacios, comercios y recintos, que la convertirán en una auténtica joya arquitectónica, que impresiono fuertemente a los castellanos.

Por ello, Cortés, aprovechándose de la hospitalidad del soberano azteca (que creía ver en Cortés al propio dios mexica Quetzalcoatl), conspiró para conquistar toda la inmensidad del imperio azteca. Sin embargo, tras una masacre durante una celebración ritual cometida por Pedro de Alvarado, estos se levantaron en armas contra los castellanos el 30 de junio 1520, la llamada “noche triste”, en la cual fueron masacrados amplios contingentes castellanos con sus aliados indígenas.

Ante tal suceso, los castellanos huyeron rápidamente de la ciudad, y plantearon la contraofensiva, para, literalmente lanzarse a la conquista de Tenochtitlán. Primero se dedicaron a la conquista de las ciudades cercanas a la capital, como Ixtapalpa, Coyoacan, Tlaxcala, Cholula, y más tarde se lanzaron directamente al asedio final de la capital mexica.

Así, tras la conquista de la mayor parte de la ciudad por parte del ejercito castellano y sus aliados tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas, chalcas, cholultecas, entre otros, una parte destacada de la población indígena resiste en una zona cercana de la capital, en Tlatelolco, donde presentan feroz resistencia, y logran incluso tomar prisioneros.




Sin embargo los indígenas ,  con un armamento infinitamente inferior, supieron resistir 14 meses, hasta que, finalmente, con una ciudad totalmente cercada y atacada diariamente, esta cayó el 13 de agosto de 1521, toman prisionero al emperador azteca Cuauhtemoc, y toman el bastión de Tlatelolco, finalizando las últimas resistencias indígenas.

Así, los aztecas intentan romper los lazos de entrada a la ciudad, en un desesperado intento por resistir las envestidas castellanas pero aun así, Cortés, con un fuerte ejército, consigue penetrar en el bastión mexica y conquistarlo. Tras ello, se inició el saqueo y conquista de la capital azteca. 





También existen otras teorías igualmente destacables y aceptadas sobre la caída demográfica, como son las de tipo económico, donde se establece la teoría del duro impacto que supuso para la población nativa la pérdida total del cultivo a favor de los conquistadores, y el hecho, además, de ser usados en ellas como mano de obra, lo que supuso un fuerte cambio que la población nativa no fue capaz de asimilar.


También sería destacable aquí la influencia que las epidemias y enfermedades europeas jugaron a la hora de acelerar el proceso de caída y decadencia de la población nativa americana. Para la población indígena americana, las enfermedades europeas como el sarampión, gripe, viruela o rubéola, consideradas como benignas y no mortales para la población europea, resultaron mortales; no acostumbrada e indefensa al ataque de enfermedades desconocidas, éstas se propagaron con rapidez a todos los estratos sociales y generacionales, y fueron también una causa destacada de la alta mortandad.


Por último, se han sostenido otras teorías como las del suicidio (reflejadas parcialmente en los testimonios de Las Casas), según las cuales los nativos se suicidaron para evitar someterse al poder extranjero occidental.

Así pues, una vez tomadas las más importantes civilizaciones del continente americano, se llevó a cabo todo un proceso de colonización. De esta forma, había imágenes muy dispares acerca de la población y de los nuevos territorios descubiertos. 

Junto con una concepción de la realidad, medievalista y patrimonial de los territorios americanos, se alzaban las nuevas voces más modernistas y humanistas, como aquellas lideradas por Pedro Mártir de Anglería o Américo Vespuccio, entre otros, que dieron una visión mucho más idealizada y positiva sobre las nuevas tierras descubiertas.


Y ésta, se basaba en una imagen paternalista de los indígenas americanos, irresponsables y en minoría de edad (figurado) para hacerse cargo de sí mismos, en convivencia armónica e ideal con la naturaleza, que viven en una auténtica edad dorada y lejos de la corrupción y decadencia europeas.


Era, frecuentemente, vinculada con la utopía, el paraíso perfecto o el mundo ideal de Tomás Moro o Tomasso Campanella, con una realidad social pura, virgen, con un funcionamiento igualitario de la comunidad. Es lo que popularmente siempre se ha conocido como la imagen del “buen salvaje”, del que se debe tener piedad y casi lástima, y protegerle de los abusos.


Son las primeras imágenes, junto con Bartolomé de Las Casas, que salen en defensa de los indígenas. No obstante, también se da una imagen de los indígenas como pueblos civilizados no salvajes ni bárbaros, con grandes civilizaciones y ciudades, como el célebre caso de Tenochtitlán, comparada con las mejores ciudades renacentistas europeas lo que supuso un impacto para los europeos.


No obstante, también surgen reflexiones sobre la procedencia social de los indígenas, alejadas del romanticismo modernista, considerándolos incivilizados, destinados al trabajo para extraer beneficios económicos, visiones lideradas por otros ideólogos, como Juan Ginés de Sepúlveda en su libro “Demócrates Secundus” escrito en 1545 y que sostuvo una dura polémica con su compañero Bartolomé de las Casas, quien sostenía opiniones totalmente opuestas. 

Un ejemplo de las concepciones de Sepúlveda se evidencia en sus propios textos cuando afirma;


"¿Dudaremos en afirmar que estas gentes tan incultas, tan bárbaras, contaminadas por tan nefandos sacrificios e impías religiones, han sido conquistados por Rey tan excelente, y por una nación excelente en todo género de virtudes, con el mejor derecho y mayor beneficio para los propios bárbaros? Antes de la llegada de los cristianos, tenían la naturaleza, costumbres, religión y práctica de nefandos sacrificios.

Aquellos cuya condición natural es tal que deban obedecer a otros, si rehúsan su imperio y no queda otro recurso, sean dominados por las armas, pues tal guerra es justa según opinión de los más eminentes filósofos.

Este es, pues, el proceso lógico de la guerra; primeramente que se declare, amonestar a los bárbaros a que acepten los grandes beneficios del vencedor; si los bárbaros piden tiempo para deliberar, se les debe conceder cuanto sea necesario. Si después de instruidos de este modo cumplen nuestras órdenes, han de ser administrados en la fe y se les ha de conceder condiciones de paz justa , pero si rehúsan con pertinacia tomar parte en la conferencia y se preparan para resistir, al ser derrotados, tanto ellos como sus bienes caerán en poder del príncipe vencedor.

Si es lícito y justo que los mejores y que más sobresalen por naturaleza, costumbres y leyes imperen sobre sus inferiores, bien puedes comprender, si es que conoces la naturaleza y moral de ambos pueblos, que con perfecto derecho los españoles ejercen su dominio sobre esos bárbaros del Nuevo Mundo, los cuales son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos, las mujeres a los varones, los crueles a los mansos, los intemperantes a los moderados". 5


Sin embargo, y ya en el siglo XVIII, se iniciaron los primeros grandes movimientos de resistencia violenta frente la colonización española, como serían las Guerras Guaraníticas (1754-1756), las rebeliones indias de Tupaj Amaru, y Tupaj Katari (1780-1781), o el Movimiento Comunero de la Nueva Granada (1781) que darían paso directo a los futuros procesos de emancipación e independencia de América, ya durante el siglo XIX a través de las grandes figuras libertadoras como Simón Bolívar, Toussaint Louverture, Francisco de Paula Santander, Francisco Páez, Bernardo O'Higgins o José de San Martín.
 

Referencias;

1. Mo Romero, Esperanza. "De reinos a repúblicas". 

2. Humboldt, Alexander von. "Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España".

3. Mo Romero, Esperanza. "De reinos a repúblicas". 

4. Las Casas, Bartolomé de. "Brevísima relación de la destrucción de las indias”.

5. Sepúlveda, Juan Ginés de. "Demócrates Segundo o De las justas causas de la guerra contra los indios". 

 
Otras fuentes;

-“Los últimos días del sitio de Tenochtitlán”. Anónimo de Tlatelolco, 1524, traducción de textos nahuatl de A. Garibay.

-“El reverso de la conquista, relaciones aztecas, mayas e incas". Miguel León-Portilla.

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