miércoles, 19 de julio de 2017

El Palacio de La Moraleja de Alcobendas y la guerra civil española




1)    El estallido de la guerra civil española

El día 18 de julio de 1936, un grupo de militares del ejército español, se subleva en armas contra el gobierno del Frente Popular de la II República española, iniciándose la guerra civil española.

Inicialmente, la sublevación pasa los días 19-20 de julio a casi todas las grandes ciudades de España, entre ellas a la ciudad de Madrid, cuyo Cuartel de la Montaña de Príncipe Pío es testigo del alzamiento militar sublevado dirigido por el General Joaquín Fanjul, que es aplastado por las fuerzas y los milicianos republicanos.

Durante los primeros días y semanas de la guerra civil española los conflictos bélicos entre partidarios de la sublevación militar y las fuerzas leales al gobierno republicanos estuvieron muy presentes en Madrid ciudad y en el norte de la capital.

Tras el aplastamiento del golpe de estado militar el 19 y 20 de julio de 1936 en la capital madrileña, las fuerzas sublevadas se lanzaron, como hemos visto, a un primer intento de toma frontal de la capital española desde el norte de España a través de la sierra norte madrileña en la conocida como Batalla de Guadarrama de julio y agosto de 1936, y precisamente la cercanía al frente de guerra marcó de alguna manera el desarrollo de la guerra en muchos de los municipios del norte de Madrid y algunas zonas aledañas cercanas.

Con el fracaso del golpe militar del 18 de julio en las grandes ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, o Valencia, los militares sublevados se enfocan en una primera gran maniobra de despliegue de fuerzas que, desde sus lugares de apoyo en el sur-suroeste español (Andalucía, Extremadura) a lo largo del verano de 1936 se dedicaron a ir conquistas los territorios del sur de Madrid, con el objetivo de realizar una campaña rápida de conquista de Madrid y acabar con la guerra civil.

Así, en septiembre de 1936, las tropas sublevadas franquistas ocupan gran parte de la provincia de Toledo, incluidas las capitales de Talavera de la Reina y Toledo, adentrándose a inicios de noviembre de 1936 en el sur de la actual Comunidad de Madrid. De esta forma, para el 4 de noviembre de 1936, las fuerzas franquistas ya habían ocupado militarmente casi todo el sur-oeste de Madrid, entre ellos los municipios de Móstoles, Fuenlabrada, Alcorcón, Getafe y Leganés. Solo un día después, el 5 de noviembre de 1936, los franquistas toman el municipio de Carabanchel, adentrándose ya a las cercanías de Madrid.

Finalmente, el avance franquistas se completa el 6 de noviembre de 1936, cuando los militares en su imparable avance a la capital republicana, penetran en la ciudad de Madrid por las tapias de la Casa de Campo, iniciándose la conocida como Batalla de Madrid.

Así, a lo largo del mes de noviembre de 1936, los militares sublevados por un lado, y los milicianos republicanos con apoyo de las brigadas internacionales pelean durísimamente en las afueras de Madrid por el control y el dominio de la ciudad, con combates durísimos en la zona de la Casa de Campo, Parque del Oeste y la Ciudad Universitaria de Madrid, que se salda con el mayor avance franquista en la zona, que toma casi toda la Casa de Campo (especialmente la altura del Cerro Garabitas), parte del Parque del Oeste, y algunos sectores de la Ciudad Universitaria de Madrid, pero que es frenado en la zona y no llega a tomar la Cárcel Modelo ni la Plaza de la Moncloa, fracasando su intento de tomar Madrid. En ese freno militar, jugaron un papel esencial las Brigadas Internacionales.

2)    Las Brigadas Internacionales y el Batallón Thaelmann

Las Brigadas Internacionales, tal y como nos recuerda la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales , fueron una serie de unidades militares compuestas por voluntarios procedentes de más de 50 países extranjeros en un total de más de 20.000 voluntarios, que se crearon el 22 de octubre de 1936 en Albacete, donde tuvieron su Cuartel General en la España republicana, que llegaron a Madrid el domingo 8 de noviembre de 1936 (en un gran desfile desde la Estación de Atocha hasta los frentes de guerra de Casa de Campo, Parque del Oeste y Ciudad Universitaria) y que lucharon muy duramente en las diferentes batalles de la guerra civil (Madrid, Guadalajara, Brunete, Belchite, Ebro, o Jarama), antes de retirarse de suelo español en un majestuoso homenaje de despedida al que acudió todo el gobierno republicano en pleno en Barcelona el día 28 de octubre de 1938.

De todas las unidades brigadistas que vinieron a luchar a España y más concretamente a Madrid, sin duda alguna, uno de los más destacados y combativos fue el de la XI Brigada Internacional, llamada comúnmente “Brigada Thaelmann” o “Hans Beimler”, por ser el grueso de sus voluntarios procedentes del Batallón Thaelmann de voluntarios alemanes y austriacos,  y por haber sido uno de sus más conocidos miembros el brigadista alemán Hans Beimler, que fallece el 1 de diciembre de 1936 en la Batalla de Madrid.

Según el experto historiador e investigador del tema, Carlos Engel en su obra cumbre “Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la Republica”, y el historiador Ramón Salas Larrazábal en su obra mítica "Historia del Ejército Popular de la Republica”, la XI Brigada Internacional fue la primera Brigada internacional en constituirse, el 22 de octubre de 1936 en La Roda (Albacete), a partir de los voluntarios internacionales.

Sus unidades originales fueron el batallón alemán Edgar André, el francés Comuna de París y el italiano Garibaldi, a los que un poco más tarde se les añadiría brevemente el conocido Batallón Dombrowski. Con el paso del tiempo, se unirían otros batallones y desaparecían algunos originales, de forma que según Hugh Thomas, por esta XI Brigada, además de los mencionados, llegaron a formar parte también el Thaelmann, Asturias-Heredia, 6 de Febrero, 12 de Febrero, Dimitrov, el famoso y conocido Abraham Lincoln, y el Hans Beimler.

Algunos de los dirigentes más conocidos de esta XI Brigada fueron Manfred Stern, conocido comúnmente como Emilio Kléber, el jefe más carismático de la XI Brigada entre el 1-20 de noviembre de 1936, siendo el encargado de dirigir esta unidad durante la conocida Batalla de Madrid, y los durísimos enfrentamientos ocurridos en la Casa de Campo y Ciudad Universitaria. Kleber era un experimentado militante y activista político de origen austro-húngaro, que lucha en la primera guerra mundial, enviado a Rusia entre 1915-1917,  se une a los bolcheviques comunistas rusos después de la revolución de octubre de 1917, y lucha en la guerra civil rusa.

Debido a su amplio bagaje militar, y su experiencia internacional, Kléber es enviado a España por el gobierno soviético para ser integrado de inmediato en las Brigadas internacionales durante la guerra civil española, destacando en la Batalla de la Ciudad Universitaria, que le granjeó la fama y el reconocimiento como uno de los salvadores de Madrid, y le llevó a ser uno de los más importantes jefes de las Brigadas Internacionales y convertirse en una celebridad.

Tras Kléber, ocupa el mando de la XI Brigada otro dirigente más conocido, el político y activista alemán Hans Kahle. Kahle, al igual que  Kléber, inicia su carrera publica en el ejercito de su país, concretamente en la escuela de cadetes del Káiser y, después, en la primera guerra mundial. Al igual que Kléber, tras la guerra pasa al activismo político comunista, encuadrándose en los revolucionarios espartaquistas de  Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo y posteriormente del Partido Comunista de Alemania, dirigido en aquellos años por el célebre dirigente comunista alemán Ernest Thaelmann, que da nombre al Batallón y a la Brigada.

Tras el ascenso del nazismo alemán y de Hitler al poder, Kahle, como muchos otros, marcha al exilio, y colabora con la Komintern y el gobierno soviético que, al igual que Kléber, le envía en 1936 por su activismo y experiencia militar, a España a luchar en el bando republicano, inicialmente en noviembre de 1936 en el Batallón Edgar André durante la Batalla de Madrid, y por sus méritos de guerra, posteriormente ascendido al mando de la XI Brigada Internacional en sustitución de Kléber, entre el 20 de noviembre de 1936 y el 31 de marzo  de 1937.

Bajo la dirección de Kléber y Kahle, la XI Brigada Internacional luchó y participó en algunas de las batallas más duras e importantes del inicio de la guerra civil, tales como la Batalla de Madrid, La Carretera de la Coruña, el Jarama y Guadalajara.

La propia XI Brigada Internacional o Brigada Thaelmann, entra en acción en Madrid el domingo 8 de noviembre de 1936, centrándose en los dos frentes de guerra de la Ciudad Universitaria y la Casa de Campo, a través de los batallones Comuna de París (mandado por Jules Dumont) y Edgar André (mandado por Hans Kahle) y dirigidos por Kléber.

Durante el mes de noviembre, la XI Brigada se templó en los durísimos combates de la Ciudad Universitaria de Madrid,  quedando la brigada a resultas de estos enfrentamientos muy dañada y mermada, siendo brevemente sustituida por otras unidades. Se calcula que en la Batalla de Madrid solamente murieron entre 8.000-10.000 republicanos.

Tras la Batalla de Madrid, se incorpora a la XI Brigada el Batallón Thaelmann de alemanes y austriacos y la brigada pasa a ser dirigida por el alemán Hans Kahle hasta 1937, participando en las batallas de La Carretera de la Coruña, Jarama y Guadalajara.

Posteriormente, la XI Brigada participaría activamente, ya bajo otros dirigentes menos conocidos, en las ofensivas de Brunete, Belchite, Teruel, Ebro, Gandesa, y Cataluña, donde sufrió muchísimas bajas y quedo prácticamente destrozada y eliminada. Según Engel, el impacto en la XI Brigada fue tan brutal, que para verano y otoño de 1938 no quedaban ya prácticamente voluntarios internacionales en la brigada y se tuvo que reforzar con reclutas y soldados españoles que nutrieron las filas de la XI Brigada hasta el final de la contienda.

En la ofensiva final a Cataluña en enero-febrero de 1939, los pocos restos que quedaban de esta brigada son definitivamente destrozados y desaparece antes del final del conflicto bélico.

3)    El Palacio de La Moraleja y el Batallón Thaelmann





Para ir gestionando los recursos humanos y materiales, los republicanos utilizaron diversos  locales del norte de Madrid, palacios, castillos, casas, hoteles y edificios diversos a lo largo y ancho de los municipios del norte madrileño que se convirtieron, sin  que lo sepan a día de hoy muchos de sus vecinos, en testigos directos de lo más duro de la guerra civil española en el norte de Madrid.

Algunos de ellos en la zona, como el Cuartel del Goloso o el Castillo de Viñuelas fueron usados como acuartelamientos permanente del ejército republicano, mientras que otros fueron usados más bien como barracones y lugares de descanso de brigadistas y milicianos para reponerse de la tensión y de las duras heridas producidas en el frente de guerra.

De entre ellos destaca, en el actual término municipal de Alcobendas, el Palacio de la Moraleja, ubicado en las cercanías de Alcobendas y del Arroyo de la Vega, del cual nos hace un breve repaso histórico el investigador Julián Caballero Aguado en su “Historia de la Villa de Alcobendas”.

Los orígenes históricos del Palacio de la Moraleja se remontan a finales de la edad media e inicios del siglo XVI-XVII. Las primeras menciones del Palacio de la Moraleja se remontan al periodo de Gonzalo Arias Dávila y Bobadilla, XIV Señor de Alcobendas y V Conde de Puñonrostro, el cual construyó una primera casa-palacio en el Monte de La Moraleja entre 1610 y 1661.

En siglos posteriores, el Palacio fue pasando de mano en mano a otros duques y aristócratas, hasta 1778, cuando el entonces Rey Carlos III de Borbón compra el Palacio, sitio y bosque de La Moraleja. Desde entonces, el lugar pasó a denominarse el Real Bosque y Sitio de La Moraleja, y contó con un guardia real con casa-cuartel  en la actual zona del Camino Ancho, siendo lugar frecuente de cacerías reales y retiros del monarca español.

Es de considerar la importancia que para los propietarios ha tenido siempre La Moraleja en esta época, no ya solo por su magnífico Palacio barroco, si no por los amplios y extensos terrenos del bosque cercano, lugar fértil de cultivo y plantación, así como pasto de ganados.

El Palacio y Sitio de La Moraleja quedó en manos de la corona española (su posesión y disfrute se dio durante los reinados de Carlos III, Carlos IV, Fernando VII e Isabel II), hasta 1869 cuando, tras la llamada “revolución gloriosa” de septiembre de 1868 se pasaron a desamortizar gran cantidad de bienes y posesiones de la corona española.

De esta forma, el Palacio del Pardo quedó en manos de la corona, pero el Palacio y Sitio de la Moraleja se vendió en 1869-1870 al inversionista Antonio Urzáiz hasta finales del siglo XIX, cuando lo vende a Francisco de Cubas y González Montes, el I Marqués de Cubas y I Marques de Fontalba, que lo transmitió a sus herederos.

El Palacio de La Moraleja a inicios del siglo XX y durante el periodo de la II República aparece vinculado a su hija,  María de Cubas y Erice, Marquesa de Cubas ( y conocida como Marquesa Viuda de Aldama, con calle en Alcobendas), y Luis de Ussía y Aldama, Marqués de Aldama y de conocido renombre en Alcobendas, quienes fijaron su residencia en la calle Montera de Madrid, aunque con frecuencia visitaban el Palacio de la Moraleja que había comprado el padre de María, Francisco de Cubas, así como la pequeña y cercana Alcobendas.

Lo cierto es que la historia de los hermanos Cubas y Erice fue duramente golpeada por la guerra civil española. María, como veremos, fue incautada en sus posesiones y forzada a abandonar Madrid, mientras que su hermano, Francisco de Cubas y Erice, Marques de Fontalba, fue asesinado por milicianos republicanos del S.I.M. entre octubre y noviembre de 1937 en la operación tristemente conocida como el Túnel de la muerte de Usera.

A partir de los años 40 y después de la guerra civil, el Palacio de La Moraleja (al que Francisco Franco acostumbraba ir de caza   ) fue cedido por sus padres a José Luis de Ussía y Cubas, el Conde de los Gaitanes, un destacado aristócrata y empresario español, tal y como describe la Entidad Urbanística La Moraleja.

Según ésta, en los años 60, el Conde de los Gaitanes, vende al completo los terrenos de La Moraleja a la empresa inmobiliaria NIESA (Nueva Inmobiliaria Española S.A), que construye El Encinar de los Reyes y El Soto de la Moraleja, siendo el origen de La Moraleja actual.

Durante la guerra civil española el viejo palacio aristocrático de La Moraleja, pasará a ser incautado por los milicianos del Frente Popular, que harán de él una comuna agraria, un cuartel de brigadistas internacionales ocupado por la mencionada XI Brigada Internacional de Hans Kahle entre diciembre de 1936- enero de 1937, y posteriormente, tras su retirada de la zona, en un hogar infantil para niños huérfanos de guerra, financiado por la XI Brigada.

Así, según la investigadora María Isabel Esteve Torres en su libro "Los hogares infantiles y las Brigadas Internacionales", durante la guerra civil española, el Ministerio de Agricultura incauta a su propietaria, la Marquesa de Cubas, María de Cubas y Erice el Palacio de la Moraleja.

Tras el estallido de la guerra, el 28 de agosto de 1936 la UGT interviene en la finca abandonada por sus propietarios, organiza una asamblea con los trabajadores de la finca, creándose un Consejo de Administración, cediendo la explotación de los terrenos a los trabajadores.

En enero de 1937, la Junta de Defensa de Madrid interviene el Palacio nuevamente y pone al frente de la colectividad a un experto agrícola encargado de sacar el máximo rendimiento a los terrenos y la producción que se obtenía de ella, que iban a parar directamente al Ministerio de Agricultura, el cual reinvertía parte de los beneficios obtenidos en bienes para la finca, tales como productos del exterior o animales para uso local.

En este periodo entre 1936-1937 es además cuando el Palacio fue usado brevemente como acuartelamiento de los brigadistas internacionales.

Así, desde diciembre de 1936 a enero de 1937, según afirmab Engel y Salas Larrazábal, el Palacio es ocupado por la XI Brigada Internacional, dirigidos en aquellos días por su comandante Hans Kahle, en mitad del fragor de las batallas de Madrid y La Carretera de la Coruña.

El Batallón, afirma Esteve, usó el Palacio como lugar de descanso, así como lugar de acuartelamiento y como hospital de sangre.

Al parecer, el 14 de enero de 1937, la XI Brigada Internacional (luego Brigada Thaelmann) abandonó definitivamente las dependencias del Palacio definitivamente para ir a luchar a otros puntos del frente de guerra, no sin antes previamente haber recolectado fondos para la creación en ese lugar de un hogar infantil para el cuidado y protección de los niños de la localidad y zonas cercanas, creándose así el “Hogar Infantil Ernst Thälmann” en honor del Batallón, y que funcionó en el Palacio de la Moraleja desde el 15 de agosto de 1937, cuando es formalmente inaugurado en una ceremonia que contó con la presencia de los brigadistas Heinrich Heiner, Erich Kuttner, Willi Bredel, o el brigadista alemán Hans Kahle (anterior Comandante de la XI Brigada que creó el Hogar Infantil), hasta el final de la guerra en 1939.

En ese tiempo, el Hogar Infantil dedica la mayor parte de sus actividades a clases docentes para los niños,  pero también labores de apoyo a la colectividad y mensajes de solidaridad con los brigadistas y combatientes republicanos, recibiendo a cambio el apoyo y la visita no solo de brigadistas, sino de altos mandos del ejército republicano, tales como el General José Miaja, Presidente de la Junta de Defensa de Madrid y alto mando del Ejército Republicano que visitó el Hogar Infantil de La Moraleja en una ceremonia oficial el 16 de marzo de 1938 (tal y como aparece en fotografías de archivos del Ministerio de Educación pertenecientes a la Junta de Defensa de Madrid, si bien otras fuentes lo fechan en las navidades de 1937).

Para el 28 de mayo de 1938, según figura en el texto, se detalla que el personal a cargo del Hogar Infantil de La Moraleja estaba formado por el alemán Luis Habermann, que era el delegado de la XI Brigada y el responsable del hogar infantil, conjuntamente con los españoles Concha y Luis Navarro.

El responsable del Hogar era Luis Habermann, militante comunista alemán, que había venido en 1937 como voluntario internacional a luchar en la guerra civil española en la XI Brigada Internacional Thaelmann, y que en la Batalla de Guadalajara, en marzo de 1937, había sido duramente herido y perdido una pierna, incorporándose poco después a la dirección del hogar infantil. Parece ser que el propio Habermann intento hacer en el Hogar Thaelmann de La Moraleja un experimento social colectivista junto con los niños y los trabajadores, debido a su militancia e ideología comunista y lo enseñaba orgulloso a los visitantes.

El Hogar lo dirigía Habermann conjuntamente con la madrileña Concha, militante comunista del PCE, responsable de la cocina, la comida y las habitaciones (una especie de casera o matrona del lugar) y el valenciano Luis Navarro, pedagogo socialista de la UGT, PCE y de Izquierda Republicana, que hacía las veces de maestro del lugar, y que, parece ser, venia de una escuela librepensadora y aplicaba modernos sistemas pedagógicos, según el ambiente libertario que imperaba en el sistema educativo del gobierno republicano.

Al parecer, solo Habermann solicitó su trasladado después de la batalla al Hogar, mientras que Concha y Navarro fueron respectivamente destinados por el PCE al que pertenecían al lugar, para hacerse cargo respectivamente de la administración y de la escuela. Junto con algunos ayudantes, ellos tres eran los responsables y directores del lugar hasta el final de la guerra.

El Hogar Infantil estuvo abierto y en funcionamiento durante toda la guerra, hasta la entrada de las tropas franquistas en Madrid y el fin de la colectividad a finales de marzo de 1939.

Otros lugares vinculados con las Brigadas Internacionales y el Ejército republicano en el norte de Madrid fueron;

-En el Monte de Valdelatas, el Colegio San Fernando, perteneciente al término municipal del Distrito Fuencarral-El Pardo, re-denominado como “Cuartel de Fuencarral”, con presencia durante la guerra civil de las Brigadas Internacionales pertenecientes a los Batallones Thaelmann y Garibaldi en noviembre-diciembre de 1936, así como por la XI Brigada durante las Batallas de Madrid, y Guadalajara entre 1936-193.

-El Castillo de Viñuelas, durante la guerra civil española, Cuartel General al Ejército Republicano Popular, concretamente del II Cuerpo del Ejército del Ejército del Centro, antes Cuerpo de Ejército de Madrid, que estaba dirigido por el general José Miaja.

-El Cuartel y Base Militar de El Goloso, durante la guerra civil española, usado como refugio entre septiembre-noviembre de 1938, por parte del Ejército de Centro republicano, concretamente destinado a albergar la Clínica Nº4, y depósito de intendencia del II Cuerpo del Ejército del Centro.

Fuentes;

 -"Historia de las Brigadas Internacionales". Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales.

-“Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la Republica”, Carlos Engel.

-"Historia del Ejército Popular de la Republica”, Ramón Salas Larrazábal.

-“Historia de la Villa de Alcobendas”, Julián Caballero Aguado.

- "El túnel de la muerte de Usera", Guillermo Fiscer, en Historia de Iberia Vieja, número 137.

-"Historia de La Moraleja", Entidad Urbanística de Conservación  La Moraleja.

-"Los hogares infantiles y las Brigadas Internacionales", María Isabel Esteve Torres.

http://www.brigadasinternacionales.org/images/stories/Documentos/ElHogInf.pdf

7 comentarios:

JORGE DOMINGO SORO dijo...

Felicidades por el articulo, muy logrado. Mi ruego es una pregunta, respecto a la segunda fotografía, la que corresponde al quicio de la puerta del palacio, ¿sabes donde esta localizada?.
No figura ahí pero he visto que corresponde el palacio a los exteriores donde rodó D. Luis Buñuel su película Viridiana.
Gracias. Un abrazo y salud.

Jorge Domingo Soro
Si procede enviar por correo electrónico la respuesta a elsoro@elsoro.com

Unknown dijo...

Genial muy util graciaass

Anónimo dijo...

..."Luis Navarro, pedagogo socialista de la UGT, PCE y de Izquierda Republicana, que hacía las veces de maestro del lugar, y que, parece ser, venia de una escuela librepensadora y aplicaba modernos sistemas pedagógicos, según el ambiente libertario que imperaba en el sistema educativo del gobierno republicano.

1) Aunque el librepensamiento está vinculado a la masonería y al anarquismo, no tiene nada que ver con el comunismo ni con el socialismo de la época, cuyo fin era imponer una dictadura del proletariado (y hacia lo cual había de tender todo, incluida la educación; es decir, adoctrinamiento) a no ser que entienda, como mucha gente en la época, librepensamiento como "anticatolicismo" militante; aún así el nombre "libre pensamiento" sugiere otra cosa.

2) En el sistema republicano no se caracterizaba por ningún "ambiente libertario". Cuando los republicanos dan el golpe de Estado de 1931 y se apoderan del gobierno, efectivamente prohíben la enseñanza de la religión católica; pero eso no es nada libertario. Simplemente la masonería, cuya razón oficial de ser es traer las luces de la razón y expulsar las tinieblas de la religión (católica) para poder "progresar", quita el catolicismo y persigue a los miembros destacados de esa religión. La enseñanza es memorística y autoritaria porque eso era lo normal en la época en todo occidente.

En Madrid crean uno o dos institutos nuevos; y seguramente los sindicatos tendrían algún tipo de educación primaria en sus ateneos populares. Hubo iniciativas privadas particulares también; algunas anarquistas. En general no había nada de "libertarianismo". Mucho menos en tiempo de guerra, por razones obvias.

El tipo de enseñanza ha sido siempre igual. La única diferencia apreciable fue la de la Institución Libre de Enseñanza, cuya metodología continúo de alguna manera el Instituto de Bachillerato Ramiro de Maeztu (también heredó el material, de ahí la innovación )

Usted menciona "modernos sistemas pedagógicos". ¿Cuales?

Los sistemas de Pestolozzi, Montessori, las escuelas del Ave Maria del Padre
Manjón, que tienen propuestas originales, intentan simplemente que el alumno tome interés en las cosas y facilitarle instrumentos para descubrir lo que tiene que aprender, haciéndolo concreto y tangible.
En cierto modo la Institución Libre de Enseñanza va por esos caminos con su rechazo de los libros de texto, recurrir a excursiones etc.

No hay que olvidar que en primaria, la educación es básicamente aprender las cuatro reglas de aritmética, aprender a leer, escribir y poco más. Por tanto eso de "modernos sistemas pedagógicos", si es quede verdad los hubo, queda grande.

Anónimo dijo...

Es curioso lo de este palacio que, aunque debió de ser real, es completamente desconocido por los madrileños. Como si no hubiera existido nunca.

A mi me recuerda al del Pardo; pero al de los Austrias.

Anónimo dijo...

Tiene usted razón..

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Cuántos sitios desconocidos!

Anónimo dijo...

La puerta se conserva en el Jardín Los Peñotes de La Moraleja.