Con el auge y desarrollo de la revolución francesa, a finales del siglo XVIII, el absolutismo monárquico empieza a perder fuerza en favor de una nueva ideología propugnada por una clase social en auge; el liberalismo de la burguesía.
De estos nuevos pensadores burgueses liberales franceses, destaca el caso del pensador franco-suizo Benjamín Constant que, a caballo entre el siglo XVIII-XIX desarrolla en la Europa occidental su pensamiento político, en mitad del terremoto político que supuso la revolución francesa y el imperio napoleónico que él vivió en primera persona y con el que mantuvo posiciones críticas.
Sin embargo, y a pesar de su liberalismo y su defensa de los derechos sociales e individuales, Constant desarrolló una variación del liberalismo decimonónico, o más bien introdujo una variable a mitad de camino entre el liberalismo y las posiciones más conservadoras, el sufragio censitario o restringido.
En este texto de Constant que ponemos, se recoge la esencia de sus ideas, basadas básicamente en que, aunque la ciudadanía debía tener derecho al voto, éste debía quedar limitado, restringido únicamente a los propietarios que, a su juicio, eran los únicos suficientemente preparados para las tareas del gobierno por su formación teórica e intelectual, excluyendo a gran parte de la ciudadanía.
Gran parte de sus teorías, especialmente en lo relativo al tema del sufragio, se acabarían imponiendo a lo largo del siglo XIX en gran parte de Europa y, de hecho, algunas constituciones de la época, como las de 1834 y 1845 en España, de carácter marcadamente conservador, recogieron esta forma de sufragio como el vigente en el país.
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