Brujería y rebelión

 

"Como el diablo mismo, que inició su maligna carrera con un acto de rebelión contra Dios, el brujo era el rebelde quintaesenciado. 

La bruja, en cuanto hereje y apóstata, era considerada culpable de lesa majestad o traición a Dios, en cuanto adoradora del diablo, formaba parte de una enorme conspiración política, en cuanto campesina de clase baja, intentaba trastocar el mundo, invirtiendo el orden social jerárquicamente establecido y rechazando todas sus normas morales. 

A veces, el nexo entre rebelión y brujería se explicitaba, como cuando los realistas escoceses, convencidos de que brujas y covenanters eran la misma ralea, proclamaban en 1661 que "la rebelión es la madre de la brujería".

"La caza de brujas en la Europa Moderna". Brian P. Levack.