viernes, 22 de abril de 2022

Sincretismo


 

"Las hechiceras tienen la profesión de ayudar a personas con problemas sentimentales; y en esa documentación las hechiceras tienen su clientela entre mujeres que las buscan para resolver sus problemas y a veces son las clientes quienes las denuncian al Santo Oficio. La hechicería es profesión en cuanto que se cobra por el servicio, aunque algunas veces haya «intrusas» que creían conocer o conocían las prácticas hechiceriles y lo hacían sin afán de lucro solo por ayudar a alguna amiga o vecina o por resolver su propio problema. 

El repertorio que utilizan las hechiceras para ejercer la profesión es variadísimo, pero de antemano hay que señalar que las fórmulas, oraciones y conjuros son delatores de la credulidad de la cliente y de la ignorancia y perspicacia de la hechicera. En primer lugar hay que reconocer que para dar al acto hechiceril relieve se utiliza un verdadero ritual que no es más que una burda imitación de actos religiosos. Es una mezcla entre lo profano y religioso; la hechicera quiere mostrar la fuerza de su acción por medio de actitudes, gestos, oraciones musitadas, manos que pasan, etc. 

Las hechiceras en nuestra Europa occidental recurren a santos y santas mágicas entre los que destacan santa Marta, san Cebrián, san Jorge, san Antonio, san Amador, santa Inés, santa Elena, san Silvestre... sin olvidar a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y a la Virgen María. Las hechiceras invocan a Dios, y a los santos sin preocuparse de que están solicitando la mayoría de las veces favores pecaminosos o pecados".


"Brujos y hechiceros: dos actitudes". Luis Coronas Tejada.

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