"Los tribunales con capacidad para encargarse de las brujas eran sobre todo locales, no centrales. Ello se debía a que temían a las brujas que trataban de forma más directa e influían más en ellos los sentimientos populares, incluyendo las habladurías y los rumores.
Estas prácticas locales se intensificaron cuando, en 1590, el rey Jacobo VI asumió un papel destacado en una de las mayores cazas de brujas de la historia de Escocia.
Según Levack, la construcción del estado conllevó el ataque a las estructuras comunales tradicionales pero, a nivel local, en este ataque influyeron mucho las presiones populares.
Acerca del caso Pendle, vemos que, si las mujeres involucradas hubiesen podido recurrir a la estructura judicial para exponer sus quejas, no se las habría calificado de brujas con tanta ligereza.
Pero una vez iniciado el proceso de estigmatización es difícil, por no decir imposible, pararlo, y no a causa de las definiciones legales, sino de la maquinaria de las habladurías locales, que forman parte de los arreglos comunales".
"Brujería, hechicería, rumores y habladurías". Pamela Stewart y Andrew Strathern.
"La cencerrada pertenece a un modo de vida en el cual alguna parte de la ley todavía pertenece a la comunidad, que es la encargada de hacer que se cumpla. Con esto se puede estar de acuerdo.
Indica modos de autocontrol social y de sometimiento a la disciplina de ciertas clases de violencia y de faltas antisociales (insultos a las mujeres, abuso de menores, pegar a la esposa) que en las ciudades de hoy puede que estén en vías de extinción. Pero, cuando consideramos las sociedades que hemos examinado, hay que añadir algo.
Que la ley pertenezca al pueblo y no se enajene, ni se delegue, no significa por fuerza que sea más simpática y tolerante, más acogedora y folclórica. Es sólo tan simpática y tan tolerante como le permitan serlo los prejuicios y las normas del pueblo. Algunas formas de cencerrada desaparecieron de la historia en oscura complicidad con el fanatismo, la patriotería y cosas peores.
En Sussex se daban cencerradas a los partidarios de los bóers, entre ellos a Georgie Burne-Jones, el amigo íntimo de William Morris. En Baviera, las últimas manifestaciones de la Haberfeldtreiben estuvieron vinculadas a chantajes de cariz mafioso, al antisemitismo y, en la última etapa, al nazismo ascendente.
Para algunas de sus víctimas, la llegada de una ley distanciada (aunque enajenada) y de una policia burocratizada debió de ser como una liberación de la tiranía de los suyos".
"Costumbres en Común". E. P. Thompson.
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