"En casi todos los casos, éstos (los españoles) se alistaban en las filas de la Confederación, debido a la afinidad ideológica y a que en el sur, en estados como Florida o Luisiana, los vínculos con España estaban aun presentes en la figura de los descendientes de antiguos colonos.
Algunos se alistaron en el 10 Regimiento de Luisiana y hubo otros en el 13, con uniforme de zuavos. Se conservan sus nombres; Gustavo López, Pedro Barau, Alejandro Berthancourt, Juan Basco de Orleans, Antonio Campos, Manuel Castaño, Antonio de León…Existía un regimiento de cazadores españoles de la milicia de infantería de Nueva Orleans, y una guardia española o Southern Star Guards del 21 Regimiento de Infantería de Alabama.
En la región de Texas, los partisanos de Santos Benavides, eran una tropa formada por canarios. A quienes amaban el modo de vida del sur y conocían España les gustaba encontrar similitudes entre ambas.
La causa rebelde contó entre sus filas con notables carlistas, pues el carlismo hizo suyos los principios de la secesión americana. Había familias de carlistas que habían participado en la segunda guerra carlista y emigrado luego a los Estados Unidos.
Eran de procedencia vasca y catalana, también navarra y valenciana y se habían asentado en Florida, Luisiana, Texas.. La afinidad de esta gente con el modelo del sur se hallaba en el respaldo a la tradición y el modelo agrario del carlismo. Así no es de extrañar que cientos de aquellos expatriados se adhiriesen a las filas rebeldes.
Algunos carlistas formaron parte de los Louisiana Tigers. El Regimiento 35 de Tennessee, conocido también como Regimiento Nueva España, facilitó con sus acciones la marcha del 19 de Arkansas, lo que permitió a su vez al general Lee derrotar a las tropas de McClellan. Los fusileros de Navarra en el 41 de Tennessee hicieron muchas víctimas y en 1863 entró en combate un regimiento conocido como los Húsares del Maestrazgo por la presencia en él de carlistas.
El general español Echegaray mandó un cuerpo de tropas carlistas, los piquetes confederados de la segunda división de Tennessee, que venció al ejército del norte en West Woods. También voluntarios carlistas procedentes de la Brigada Zumalacárregui se unieron a las tropas de Virginia del norte.
En definitiva, en la memoria del carlismo quedaron cientos de acciones militares en la guerra civil americana, interpretadas como la continuación natural en América de la misión del carlismo peninsular".
"Breve historia de la guerra civil de los Estados Unidos". Montserrat Huguet.
"Los españoles se integraron en el ejército confederado merced a tres vías fundamentales de acceso; por un lado, formando parte de unidades regulares sin peculiaridades étnicas, ya constituidas e integradas por tanto en la estructura del ejército sudista; por otro lado, alistándose en unidades mixtas de voluntarios extranjeros, y finalmente, mediante la organización de compañías y unidades de naturaleza autóctona, en las que la mayoría de sus miembros eran españoles de origen o hijos de españoles.
Junto al apoyo estrictamente castrense hubo también un considerable sostén diplomático, especialmente perceptible en las legaciones consulares de los estados de la Costa del Golfo, en donde cónsules como Juan Callejón de Nueva Orleans, Joaquín G. Miranda de Mobile y su vicecónsul A. Pérez, Francisco Moreno de Pensacola o Núñez de Moncada de Charleston, no dudaron en sumarse a la causa sudista, a pesar de los esfuerzos de García de Tassara de mantener una apariencia de neutralidad.
Más pintoresco puede considerarse el ofrecimiento a la armada confederada por parte del inventor español Narcís Monturiol de un submarino Ictineo como arma definitiva para romper el bloqueo de la flota unionista. Finalmente, cabe reseñar también la ayuda que el sacerdote español Juan Bautista Serra prestó a la causa confederada en materia de recursos y aprovisionamientos.
En la guerra civil americana hubo soldados españoles en ambos bandos. No es tampoco controvertido afirmar que la costa norteamericana del Golfo de México, la franja costera que comprende los estados de Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida, mantenía con España una estrecha vinculación desde el siglo XVI, merced a las políticas colonizadoras desarrolladas por el imperio español durante todo este período, advirtiéndose en el siglo XIX un considerable número de españoles radicados en las principales ciudades de esa zona, tales como Nueva Orleans, Mobile, Biloxi o Pensacola y que se conecta con el origen de las unidades confederadas donde mayor número de españoles se ha detectado".
"España y la guerra civil americana o la globalización del contrarrevolucionismo". Raúl C. Cancio Fernández.
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