"Cada uno en su lugar. Desempeñando su función en la estructura del edificio, que se pretendía fuera el reflejo de cómo había de organizarse la sociedad.
El ladrillo debía ir enmarcado por impostas de piedra, granito o caliza de Colmenar. No solo para ennoblecer la construcción; había también una lectura política y social. El ladrillo debía aparecer sometido, ya que representaba al pueblo llano, díscolo por naturaleza.
El ladrillo era el vulgo, la plebe, el populacho. Debía cuadrarse ante los que mandan y, por supuesto, someterse a ellos.
Esta disposición no era en absoluto casual. Obedecía a las singulares teorías sobre la nueva forma de construir de uno de los intelectuales más entusiastas del régimen, Ernesto Giménez Caballero.
En 1944, el entonces consejero nacional de Falange identificaba la piedra con el estilo romano, elemento matriz de nuestra cultura, la pizarra, usada por los Habsburgo en los tejados madrileños, la relacionaba con las raíces germánicas, y el ladrillo, utilizado por moros y judíos, era el pariente pobre, lo identificaba con el pueblo llano al ser tierra, polvo, marga, pueblo mismo en su lucha secular contra la piedra dominadora, aria.
De ahí que la piedra, necesariamente, hubiera de contener y enmarcar al ladrillo. Esa y no otra era su función simbólica; encuadramiento, jerarquización, ennoblecimiento, falangización de la masa roja ladrillar.
Lo de masa roja no estaba empleado al azar, eran palabras bien escogidas en el contexto de una época de total recelo hacia un pueblo que opuso una resistencia feroz al golpe de sus militares más reaccionarios contra el gobierno legítimo. Lo de la jerarquización cobraba también perfecto sentido en una época obsesionada con las jerarquías.
Queda la pizarra, el elemento germánico y ario en palabras de Ernesto Giménez Caballero.
Se reservaba para coronar las construcciones, recuperando para ello los chapiteles austriacos. Las lajas de pizarra se usaron también en los tejados abuhardillados a lo escurialense".
"Construyendo imperio: guía de la arquitectura franquista en el Madrid de la posguerra". David Pallol
No hay comentarios:
Publicar un comentario