sábado, 15 de marzo de 2025

Imperios depredadores

 


"Cualquiera que hubiera sido la génesis del Imperio español (en realidad esa génesis no tuvo otras muchas opciones: ni siquiera pudo elegir, a partir del siglo XVI, entre la mano de obra esclava indígena y la mano de obra africana que necesitaba para su expansión imperialista), lo que tenemos por cierto es que su estructura no puede reducirse a la condición de "máquina depredadora" que tantos quieren atribuirle. 

Muchos de los órganos o partes formales de esa estructura fueron segregándose muy pronto de su génesis depredadora: antes de transcurrir medio siglo de su descubrimiento se habían ya fundado varias ciudades, universidades (en 1538, la Universidad de Santo Tomás, en La Española), o imprentas (en 1535 ya había una imprenta en México; el libro impreso más antiguo que se conserva es de 1539). 

Los españoles como, en parte, los portugueses, no sólo trasplantaban al hemisferio occidental su cultura, sino que fueron incorporando a ella a toda la masa posible de población aborigen que no sucumbió en el "encuentro".

Ahora bien, es evidente que quien se mantenga en la perspectiva del relativismo cultural estará tentado a ver en este gigantesco trasplante e incorporación (aculturación) no un proceso "grandioso" (y (glorioso), sino un proceso miserable, en la medida en que él supuso, según algunos, la "destrucción de las Indias", la destrucción de sus culturas y el genocidio de sus pueblos.

Y esto a pesar de que la perspectiva del relativismo cultural no obliga a sacar conclusiones de signo tan catastrófico: y no porque hagamos mérito de "aquellos contenidos del todo complejo que no fueron destruidos", sino porque la destrucción, sobre todo si es selectiva, es ya en sí misma un acto cultural".


"España frente a Europa". Gustavo Bueno.

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