martes, 7 de junio de 2022

El problemático concepto de Renacimiento


 

"Y así llegamos al pleno desarrollo, por obra de Jacob Burckhardt, del concepto Renacimiento, en toda su riqueza y colorido, en cuanto forma de vida que trasciende los límites de la investigación histórica. 

No hay duda de que el gran estudioso suizo recibió inspiración de un profeta cuya visión alucinada iluminó la historia con relámpago de luz, Jules Michelet. Para él, como para los racionalistas del siglo XVIII, lo que el siglo XVI trajo fue luz, una luz que disipó las tinieblas de barbarie de la Edad Media. Para Michelet, el Renacimiento es el inicio del despliegue de la gran idea de progreso.

Deslumbrado por el sol del quattrocento italiano, Burckhardt solo pudo ver en parte lo que había más allá. El velo que él veía extendiéndose sobre el espíritu de la Edad media se debió, en parte, a un defecto en su propia mirada. Exageró en exceso el contraste entre la vida de la Baja Edad Media en Italia y lo que se desarrollaba en el resto de Europa. 

Tampoco vislumbró que tras las glorias del Renacimiento la vida típicamente medieval seguía su curso tanto en Italia como en Francia o en las tierras germánicas ni que la nueva vida cuyo advenimiento exaltó en Italia también iba despuntando en otros lugares en los que él solo vio opresión y barbarie. 

Resumiendo, si el problema se plantea de modo que lo relevante sea asignar al Renacimiento su lugar entre la Edad Media y la cultura moderna, entonces aún quedan muchas preguntas por hacer y responder. El Renacimiento no puede considerarse como mera antítesis de la Edad Media, ni tampoco como terreno fronterizo entre los tiempos medievales y los modernos. 

De las líneas que separan la cultura medieval de la cultura más moderna de los pueblos de occidente algunas discurren entre la Edad Media y el Renacimiento, otras entre el Renacimiento y el siglo XVII, otras atraviesan el corazón mismo del Renacimiento, mientras otras datan del siglo XIII y otras no aparecen hasta el XVIII. Quien quiera ver en el Renacimiento una unidad absoluta del espíritu susceptible de plasmarse en una única fórmula, jamás llegará a comprenderlo en todas sus manifestaciones".

"El problema del Renacimiento". Johan Huizinga.


"En 1860, el gran historiador suizo Jacob Burckhardt vio el Renacimiento como una cultura moderna creada por una sociedad moderna. En la actualidad, este criterio parece un poco arcaico. El cambio de actitud es debido, en parte, a las investigaciones sobre la continuidad entre la Edad Media y el Renacimiento, pero también a los cambios en la concepción de lo moderno. 

No podemos entender la cultura de la Italia del Renacimiento si solo estudiamos las intenciones conscientes de los artistas, escritores y actores. Pese a mi admiración por Burckhardt y Huizinga, la posición intermedia, no es distinta de la sostenida por los miembros de la escuela de Annales francesa. 

Podría argüirse que los cuatro nuevos enfoques en historiografía, junto con los cambios culturales ocurrido a finales del siglo XX, que los han fomentado o incluso propiciado, implican que ya no debe estudiarse el Renacimiento. Este solía estudiarse como parte de un gran relato sobre el auge de la civilización occidental moderna, como una narración triunfalista y elitista que implícitamente negaba los logros de otros grupos sociales y de otras culturas. Así pues, la conclusión que se perfila es que el Renacimiento italiano debe estudiarse desde una perspectiva diferente. 

Hay que reencuadrarlo, distanciándolo de la idea de modernidad tan cara a Burckhardt y estudiarlo de un modo descentrado. Este movimiento coexistió con otros movimientos y culturas, ejerciéndose una interacción recíproca en el marco de un incesante proceso de intercambio".

"El Renacimiento italiano. Cultura y sociedad en Italia". Peter Burke.

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