"Durante el largo periodo en el cual se gestó el capitalismo, el aumento espectacular del número de desheredados que se produjo en Europa occidental ocasionó un cambio de actitud de las élites con respecto al pauperismo.
Primero en los Estados de la fachada atlántica y en los ubicados en el área mediterránea, la riada de mendigos que desde el campo se precipitó sobre las ciudades hizo que sus autoridades fueran abandonando la doctrina de la utilidad social de la pobreza que los eclesiásticos venían defendiendo desde la edad media.
De esta manera, en los grandes núcleos urbanos y muy especialmente en capitales como Londres, Ámsterdam, París, Lisboa y Madrid, el pobre dejó de ser considerado como un elemento útil para que sus benefactores se ganaran el cielo a través del ejercicio de la caridad, al tiempo que se iba convirtiendo en un peligro para el orden establecido.
Por doquier, y en sintonía con este giro ideológico, las autoridades públicas arrostraron el problema con idénticas medidas; la exclusión social y criminalización del pauperismo corrieron parejas a la reclusión de los vagabundos en hopitaux generaux, workhouses y hospicios, donde serían reeducados a través de la disciplina laboral, cuando no fueron expulsados sin contemplaciones o condenados por tribunales específicos a trabajos forzados y servir en el ejército".
"El Motín contra Esquilache". José Miguel López García.
(Se puede ampliar el tema del giro ideológico de la pobreza con los libros "El impacto de la Corte en Castilla : Madrid y su territorio en la época moderna" de José Miguel López García para el caso específico madrileño, "La España del siglo de oro" de Bartolomé Bennassar para el caso español, y "La piedad y la horca : historia de la miseria y de la caridad en Europa" de Bronislaw Geremek a nivel europeo).
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