"El africanismo era una familia castrense que partía de la experiencia de la derrota de 1898 y se estructuró y precisó en el transcurso de las guerras norteafricanas de 1909 a 1927.
Lo que les definía era su firme sentimiento nacionalista y su honda creencia en la necesaria construcción de un imperio. Se caracterizaron por su voluntaria presencia en África durante largos periodos de tiempo.
En consonancia con lo dicho, tendían a prestar servicio en los cuerpos coloniales; Policía Indígena, Regulares, Tercio de Extranjeros y harcas, también en el Servicio de Intervenciones y en la administración del protectorado, y algunos fueron aviadores en las unidades que bombardeaban los aduares.
Este tipo de militar se forjó en su enfrentamiento contra las Juntas de Defensa y los peninsulares más partidarios de un ejército técnico. Los africanistas edificaron un camino militar caracterizado por lo táctico, en el que infantes y jinetes eran más proclives a integrarse.
También incentivaron lo heroico y se curtieron en condiciones de combate extremas. Por ello, no es raro encontrar una cierta veneración por las condecoraciones y por las marcas de guerra, las cicatrices. La valentía, incluso la temeridad, eran valores absolutos.
La frontera que separa una de la otra es, en ocasiones, muy difusa y los africanistas tendían a sobrepasarla como muestra de arrojo. Eran hombres de vanguardia o de extrema retaguardia, donde más solían atacar los cabileños, y había que hacerse notar.
No fue nada extraño que tal acometividad se mezclase con la idea de virilidad, una masculinidad extrema característica de una cultura de guerra".
"Marruecos y las raíces del africanismo". Daniel Macías Fernández.
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